Bueno, esa no es una pregunta directamente para ti. O quizá sí.
Esa pregunta es una línea de la película “Amor sin escalas (Up in the air)” en la que George Clooney se dedica a correr gente en nombre de sus empresas clientes.
Y justo está corriendo a un tipo cuando, y al hacerle precisamente esa pregunta, éste se pone un poco rudo (aunque lo esperes, un despido no deja de ser algo sumamente impactante).
“$27,000 USD al año”, respondió.
Al tipo le gustaba la gastronomía. Había estudiado culinaria francesa pero el dinero tocó a su puerta y decidió poner su pasión a un lado. Habían pasado ya varios años.
“Nadie aguanta un golpe de billetes”, dirían por ahí.
Randy Johnson, si conoces de beisbol, fue uno de los pitchers más prolíficos de la historia. Si vas y buscas sobre el en Wikipedia, te sorprenderán todos los logros, records y premios que ganó.
¿Dinero? Ganó más de $175 MM USD en 21 temporadas en las ligas mayores.
Seguro lo disfrutó. Bueno, al menos eso esperaría yo.
Quizá la imagen más emblemática fue cuando, pichando una bola, una paloma se atravesó en la trayectoria de la pelota y ésta literalmente desplumó al animal. Era una bestia como pitcher.
Lo que muy pocos sabían es que cuando se retiró retomó su pasión inicial y verdadera (en sus palabras): la fotografía. El mismo lo puso en su website: “El beisbol es mi trabajo, la fotografía mi pasión”.
Pues resulta que en un partido de la NFL hubo un incidente entre dos jugadores y en las fotografías y videos que tomaron sale, en el fondo tan tranquilo como cualquier fotógrafo, Randy Johnson. Había estado tomando fotografías en los partidos de la NFL y nadie se había dado cuenta. No necesitaba reflectores. Quizá hacía menos dinero que lo que ganaba en el beisbol, y aún así, disfrutando los juegos, los viajes a África y cualquier cosa que pudiera fotografiar.
A mi me pasó lo mismo (claro, sin los millones de Randy Johnson). Recuerdo mi primer trabajo. Me encantaba lo que hacía, mis compañeros, la empresa. ¡Hasta mi jefe! Honestamente en esos días para mí era lo mismo un lunes que un viernes. Sentía la presión, pero no vivía estresado. El dinero que ganaba no era algo exorbitante pero no me preocupada. Realmente disfrutaba lo que hacía y donde estaba.
Hasta que las “responsabilidades” me llevaron a decidir por otro camino. Y sí, el dinero jugó un papel muy importante. La oportunidad me permitía estrenarnos como papás de una forma muy cómoda. Mi esposa podría quedarse en casa, tal como ella lo había planeado, y bueno, el golpe de billetes llegó. No lo resistí.
Y ahí conocí el estrés, la ansiedad y el insomnio.
Y no es que el trabajo fuera pesado, que tuviera que pasar miles de horas en la oficina o que mis jefes fueran unos patanes.
No. Simplemente no lo disfrutaba. No era mi pasión.
El efecto “luna de miel” del sueldo y las prestaciones perdieron su efecto a los 3 meses. Fue la primera vez que decidí buscar ayuda profesional. Estaba perdido y no sabía para donde darle.
Décadas después, veo todo esto en retrospectiva y un alivio para mi fue entender que las decisiones que tomé lo hice con la mejor información que tenía a la mano y con las mejores intenciones. Nadie planea conscientemente darse un balazo en el pie. En su momento fue lo que me pareció mejor y ahí, justo ahí, la vida me dijo: “Bienvenido al parque de diversiones. Aquí está su entrada a la montaña rusa”.
Debo decir que hasta hace apenas unos pocos años me baje de ella.
¿Randy se equivocó? ¿El tipo de la película se equivocó?
No sé. No lo creo.
Lo interesante de todo esto es como la vida te lleva, a veces por las buenas, otras no tanto, hacia donde está tu verdadera pasión. Aquello que representa la conjunción de todo tu disfrute y de la capacidad de compartir tus dones con el mundo. Claro, solo si sabes “leer” las experiencias que vives.
Hoy estoy ahí. Pensé que cuando había renunciado a mi sueño, sería para siempre.
No. La vida, si tu la dejas, sigue dando oportunidades.
Ah, se me olvidaba decirte: el logo del estudio de fotografía de Randy Johnson fue en un principio una paloma de cabeza desplumada. ¡Vaya que el amigo agradeció con humor su paso por el beisbol!
Y tú, ¿estás pagando demasiado por renunciar a tus sueños?
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