Hay ocasiones en las que te sientes perdido.
No tienes claro si aquello que haces te llevará a donde quieres… y muchas veces te resulta complicado poder conectar lo que haces con la posibilidad de lograr tus metas y deseos.
Sí… yo he estado en esa posición en la que constantemente te preguntas “¿qué sentido tiene todo esto?”.
No estás en donde quieres.
No haces lo que te gusta.
No encuentras la motivación y energía necesaria para seguir avanzando.
Y acabas cuestionándote el por qué de todo… y entre más te cuestionas, más duele. Entre más te cuestionas, más dudas. Entre más te cuestionas, más estancado te sientes.
Ya sea en tu vida personal o profesional, en muy probable que te sientas identificado con esto que te comparto.
Algunos utilizan todo esto como combustible para seguir avanzando, pero habemos otros a quienes esa sensación nos tumba, nos paraliza y nos quedamos viendo pasar la vida.
Y vaya que sé de esto… yo he estado en esa cueva.
Pero todo camino hacia la maestría personal comienza con la toma de consciencia y con una decisión, y hoy quiero compartirte una perspectiva que podría servirte para continuar avanzando en tu vida hacia las metas y deseos que te has propuesto… a reencender esa magia que llevas dentro.
Esta idea la he tomado de Mike Dooley, un escritor y conferencista muy reconocido a nivel mundial en estos temas de la evolución personal y del poder interno que todos tenemos y con quien he tenido la oportunidad de haber publicado dos artículos en su website.
¿Listo(a)?
Todo comienza con un fin en mente
Y esta es una de las principales piedras en el camino.
Muchos ni siquiera saben qué quieren de la vida… quieren el puesto, el dinero, el carro o la pareja… para luego acabar teniéndolo y seguir sintiéndose vacío o incompletos.
¿Cómo entonces diseñar un plan y un curso de acción para lograrlo si no saben hacia dónde quieren avanzar?
Te parecerá extraño, pero cuando trabajo con las personas en mis programas de Mentoría en Liderazgo y Maestría Personal y llegamos a este punto de inicio, y muchos en verdad no tienen claro a donde quieren llegar o la razón de fondo sobre por qué quieren lo que quieren.
Solo saben que no están satisfechos en donde están, y es justo ahí donde comienza el camino.
Un primer error es definir una meta muy cerrada: quiero trabajar en X empresa. Quiero tal puesto. Quiero vivir en tal ciudad.
Y aunque una focalización fina puede ser de ayuda, aquí yo siempre propongo trabajar con probabilidades: tener un objetivo tan especifico (y en el cual generalmente fijas tus expectativas de felicidad), reduce casi por completo cualquier otra posibilidad que también te traería esa felicidad… o quizá mucha más (y con menos esfuerzo y desgaste) que la que tú has propuesto.
Así que el primer tip es fijar un objetivo amplio que traiga consigo el estado emocional que quieres vivir.
En mi caso mi meta es dedicarme a algo que me haga sentir pleno, que me permita conectar con muchas personas, viajar por el mundo y vivir de una forma cómoda con mi familia.
Si, muy general. Lo sé. Pero ¿tienes ideas de cuántas posibilidades caben ahí?
¿Para qué limitarme a “quiero vender seminarios en empresas y programas de mentorías a tal tipo de perfiles”?
Sí, esa es mi ruta ahora mismo (y créeme que lo estoy disfrutando) pero no quiero limitar a la vida a que me ponga enfrente otros caminos en los que quizá me dedique a otras cosas distintas (como justo hoy después de 20 años de ser un profesional de Supply Chain) si al final el resultado de dedicarme a algo que me haga sentir plenitud, conectar con muchas personas, viajar por el mundo y vivir de una forma cómoda es lo que verdaderamente me importa.
¿Capisci?
Aquí viene lo bueno.
Cuando estas en tu carro y quieres llegar a un destino que no conoces, y al que por lo tanto jamás has ido, ¿qué es lo que haces? Exacto: introduces ese destino en el GPS.
Ahora bien, puedes tener el mejor carro y el mejor sistema de navegación, pero para que comiences a avanzar es necesario que TÚ metas la velocidad y aceleres.
Entiéndelo bien: nada se mueve si tú no te mueves
Y me podrás decir: “es qué cometí muchos errores en el pasado”, “estudié algo que no se relaciona en absoluto con esto”, “mi pasado me persigue” y mucha de esa basura mental que solamente nos hace vivir una vida infeliz.
A tu GPS no le importa de dónde vienes ni dónde has estado. Tu GPS solo necesita saber a dónde quieres llegar y en dónde estás hoy.
Una vez que decides moverte, el GPS se pone en marcha. Buscará la mejor ruta, quizá la más económica o la más rápida. ¿Cómo funciona esto en la vida? Ésta te irá poniendo enfrente situaciones y personas que te irán llevando hacia donde tú quieres… un kilómetro a la vez.
Cuando yo comencé a dar entrenamientos ejecutivos, lo hice por mera “coincidencia”, pues durante una cena un amigo me sugirió hacer esto que jamás hubiera pensado… y justo esto me ha llevado a prepararme como coach y mentor, a escribir y a dar conferencias y haber trabajado ya con más de 3000 personas…
…y todo por una sugerencia que alguien me dio mientras comíamos y tomábamos un par de cervezas.
“En 50 metros gira a la izquierda”, ¿te suena?
También habrá momentos en lo que consciente o inconscientemente te salgas de la ruta que la vida te ha puesto frente a ti. Y tu GPS lo que hará será sugerirte “da vuelta en U en la primera oportunidad”.
Regresar al camino. Regresar al plan.
Pero en la vida nada está escrito en piedra… y quizá después de tremenda perdida que te des, acabarás tomando otro camino completamente distinto, y tu GPS “recalculará” la ruta para llevarte… exactamente, ¡hacia tu meta inicial!
“Dedicarme a algo que me haga sentir pleno, que me permita conectar con muchas personas, viajar por el mundo y vivir de una forma cómoda con mi familia”.
Y aunque el GPS forma una parte importante de esta analogía que te cuento, la realidad es que la parte más importante en todo esto eres tú.
Si no estás a gusto en donde estás, si no te gusta lo que haces, es totalmente válido que busques un cambio.
Solo tienes que entender que la vida no te dará pistas mientras tú tengas tu carro en parking.
Pero cuando comienzas a moverte, tu meta, tu deseo, comenzará a crear todos los detalles que te llevarán a alcanzarlo.
Y tomarás un curso. O aprenderás una herramienta. Y eso te llevará a conocer a cierta persona que te propondrá un negocio o te invitará a trabajar con él… y verás como el camino se va abriendo conforme avanzas.
“Da el primer paso con fe. No necesitas ver toda la escalera. Basta con que subas el primer peldaño” -Martin Luther King
Pero también tengo que decirte que existe la posibilidad de que el GPS te lleve por un camino a veces de terracería… en otras ocasiones oscuro y, sin embargo, en el general de la ruta, al final cuando estés ahí, verás que todo ha valido la pena.
Sigue avanzando que la terracería no durará para siempre.
Esta vida es de moverse, de experimentar, de crecer y de evolucionar.
Enciende tu GPS, pon tu meta como destino y no olvides que para poder avanzar hay que meter la primera velocidad y pisar el acelerador.
¡Ah!, y no te olvides de disfrutar el viaje. Levanta tus ojos del GPS. No estés preguntando cada kilometro “¿ya llegué?”, porque seguramente te perderás de todo lo bello que podrás ver durante el camino.
La maestría personal justo comienza con una decisión.
¿Qué decides hacer distinto hoy?
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¿Y qué es la maestría personal? TODO aquello que te ayude a tener una experiencia de vida más feliz, plena y balanceada en todas sus facetas.
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