Estar presente es la salida

“Y justamente eso pensé para mi. Yo podría seguir diez años más donde estaba y todo seguiría exactamente igual. Sabía que necesitaba salir urgentemente de ahí. Tenía mucho de mi capacidad por explotar y quería evitar a toda costa ese miedo a verme diez años después al espejo y saberme un cobarde que nunca había intentado algo nuevo, simplemente por no atreverme a salir de esa zona de confort, crecer y evolucionar.”

Escribir mi libro Si lo hubiera sabido antes fue un ejercicio catártico que me permitió poner en perspectiva muchos conflictos internos que tenía en mi vida en ese momento.

Estaba en un trabajo que no disfrutaba. En un ambiente que comenzaba a complicar mi salud. Mi alma sabía que había mucho por experimentar aún y yo sentía que estaba desperdiciando mi tiempo, mi vida.

Esa mañana, cuando me vi al espejo, y supe que habían pasado ya varios años y me sentía cada vez más acorralado por la vida, entendí que no tenía que ser así.

Tenía mucho miedo porque sabía que la pregunta se había instalado en mi mente y no saldría de ahí sin que yo la abordara de una vez por todas.

No sabía que haría. No tenía un plan B. Solo sabía que ahí no era.

Ese miedo era una combinación de reproche a mi mismo por haber dejado pasar tanto tiempo sin intentar algo distinto, una pregunta que me taladraba la mente: ¿por qué hasta ahora cuando ya tienes 40 años?

Me sentía estancado y mi mente no dejaba de pensar que muchos trenes habían salido ya.

Pero también era un temor por el futuro, la incertidumbre y la duda. ¿Sería lo suficientemente bueno para dedicarme a otra cosa? ¿Y qué cosa sería eso? ¿Tendría éxito? ¿Me sentiría finalmente feliz? ¿Dejaría de huir de mi realidad?

Mi vida tenía demasiado tiempo psicológico, ese tiempo al que Ekhart Tolle describe como “ese al que tu mente escapa huyendo del presente, sin ningún motivo o razón que te sea de utilidad, por la simple añoranza o esperanza de crear una realidad que no existe en el presente. El tiempo psicológico es nuestra cárcel, una enfermedad mental en la que muchas veces nos quedamos atrapados desperdiciando gran parte de nuestra vida, mientras ésta se desarrolla en el presente sin que seamos conscientes de ella.”

Y esa cárcel me tenía atrapado.

Tenía demasiado pasado y demasiado futuro en mi vida al punto que no podía estar donde estaba, en el hoy.

El tiempo es una de esas cosas muy complejas de entender, un constructo mental como le llaman los estudiosos, que es diferente para cada persona.

Hay circunstancias en tu vida que parecerían una eternidad y otras que se van en un abrir y cerrar de ojos. Y por muchos años busqué respuesta a esa pregunta.

¿Por qué no era capaz de disfrutar lo que hacía si le dedicaba tanto tiempo de mi vida?

Y justo en la pregunta estaba la respuesta: el disfrute. Eso marcaba toda la diferencia.

Mihaly Csikszentmihalyi, en su libro Flow, aborda precisamente el tema de cómo vivir una vida más feliz, de mayor disfrute, con mayor significado. En pocas palabras, una experiencia de vida óptima.

Para él, la zona de Flow en la vida tiene que ver con la capacidad de disfrutar lo que haces. Piensa en un hobby que te encante. ¿Cuántas horas podrías pasar haciéndolo y sentir que han sido solo instantes? Bueno, justamente eso.

Pero aquí venía otro problema para mi mente: si a mi me encantaba cocinar y escribir y podía pasarme horas haciéndolo metido en un disfrute total, el conflicto aparecía cuando tenía que regresar a la vida “real”. ¿Cuál? La del trabajo, la de los problemas, la de los conflictos y en si mismo lo que representa un vida como tal. Las bajadas pues.

Pensar en simplemente mandar todo al demonio para dedicarme a mis hobbies y vivir ese Flow por siempre jamás me parecía algo no factible y hasta insensato. Y esas respuestas no las encontraba con Mihaly… hasta que di con Ekhart Tolle.

Fue con su libro, El poder del ahora, con el que comencé a comprender el poder de mantenernos de forma consciente en el presente como una de las herramientas más efectivas que he podido encontrar par lidiar especialmente con lo “no tan bueno” de la vida.

Tolle dice que a la mente egoica tratará de moverte al pasado para seguir rumiando los errores que cometiste o recordar los “buenos viejos tiempos”, o bien, mandarte al futuro para que te sigas preocupando porque aún no has llegado a donde dijiste que para entonces deberías estar.

Es más, Tolle menciona que si hoy desaparecieran todos tus problemas, tu mente crearía algunos otros similares a los que hoy percibes que vives, y la razón de todo esto es tener una mente ligada al tiempo.

¿Pero cómo podemos entender más claramente eso de “estar presente”?

Es no estar disperso. Es estar concentrado con toda tu atención en lo que estas haciendo en este momento.

Es un estado mental accesible para todos que está a una decisión de distancia y a una atención enfocada. Es no caer en los juegos de la mente para la cual te conviertes en un observador.

¿Cómo? Simplemente hazte esta pregunta: ¿qué estoy pensando en este momento? ¿Qué está pasando por mi mente? Te sorprenderás de lo implicará el que te des cuenta de ello.

“El propósito de lavar los platos, es lavar los platos”, decía Thich Nhat Hanh.

Tener los platos limpios será una consecuencia de haberlos lavado. Pero ese no era el fin último.

Si tu mente está siempre focalizada en lo que quieres lograr, en saber cómo te sentirás cuando lo hayas logrado, o en escapar de eso que no quieres y no te gusta, tu mente siempre estará en el futuro, curiosamente creando escenarios en lo que algo malo puede pasar, generando caos y ansiedad.

Pero si te enfocas en lo que tienes que hacer, en esa tarea que tienes enfrente, desconectas a esa maquina de creación de escenarios futuros fatalistas.

Y sí, entiendo que me podrás decir “pero es que realmente tengo un problema muy grave que necesito resolver así que ¿de que me sirve eso?” Bueno, la pregunta interesante sería ¿ayuda en algo estar en el futuro sufriendo algo que aún no existe?

No. Estar en el presente no hará necesariamente que el problema desaparezca. Pero si estás focalizado en lo que hoy puedes hacer, en lo que en este momento puedes hacer, estarás avanzando hacia esa solución (si es que la tiene) y dejarás de sufrir.

Estarás lavando los platos porque es lo que toca hacer en este momento. La consecuencia será tener los platos limpios, pero ese será un beneficio adicional.

A mi me hubiera gustado tener esta perspectiva años atrás. Me hubiera evitado mucho desgaste y sufrimiento.

Al final, lo que resolví lo pude haber resuelto haciendo justamente lo mismo que hice, pero sin tanto desgaste.

Y lo que no pude resolver, aún haciendo todo lo que puede hacer, me hubiera permitido quizá sufrir menos al haberme concentrado simplemente en hacerlo.

“La vida es ahora. No hay ningún otro momento que exista” -Ekhart Tolle

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2 thoughts on “Estar presente es la salida”

  1. Y sí, entiendo que me podrás decir “pero es que realmente tengo un problema muy grave que necesito resolver así que ¿de que me sirve eso?” Bueno, la pregunta interesante sería ¿ayuda en algo estar en el futuro sufriendo algo que aún no existe?

    No. Estar en el presente no hará necesariamente que el problema desaparezca. Pero si estás focalizado en lo que hoy puedes hacer, en lo que en este momento puedes hacer, estarás avanzando hacia esa solución (si es que la tiene) y dejarás de sufrir.

    Muy interesante el artículo y la lectura, yo tengo una pregunta que personalmente me genera conflicto el no saber cómo poder enfrentarla y que tú mismo la colocas en tu lectura (párrafos anteriores) donde mencionas, estarás avanzando hacia la solución, si es que la tiene, te tema es que cuando identificamos un “riesgo/problema” queremos hacer lo que todo lo posible y hasta lo “imposible” para tratar de evitarlo, tú dices si no tiene solución (entiendo que se va materializar), vaya el resultado no va cambiar pero si la sensación de lo que pudiste hacer o haber hecho y ahí es donde entra probablemente el conflicto que dejas de estar en el presente, pero cómo mantenerte???

    1. Pero ¿qué realmente puedes cambiar?

      Muchas veces esta perspectiva se malinterpreta pensando que “la vida es así y no tiene sentido hacer nada”.

      No. De ninguna manera.

      El tiempo psicológico nos sirve para planear, para trazar objetivos y desarrollar estrategias para lograrlos. El problema no es ese.

      Desde mi punto de vista el verdadero problema es que nos apegamos a la expectativa que tenemos. Queremos que las cosas sucedan de la manera en que hemos definido. Y eso nos lleva a vivir en una terrible presión por buscar que eso se de cuando en realidad nada esta bajo tu control

      ¿Qué toca? Hacer lo mejor que puedas con lo que tienes y en donde estas.

      Cuando te enfocas en eso vives en el presente. Vives la experiencia y decides cómo quieres reaccionar ante eso que vives.

      Y el resultado puede ser que no sea de tu agrado, pero al final, si es algo que no pudiste evitar, al menos sabes que lo que tocaba hacer lo hiciste.

      Eso es desapegarte del resultado.

      En otras palabras, si de da bien y sino también.

      Pero es una narrativa que va en contra del status quo que nos enseña que todo depende de uno y eso nos lleva aun desgaste prematuro.

      Al final, ¿por qué queremos evitar un problema? No por el problema mismo, sino por lo que pensamos que sentiremos si ese problema se materializa.

      Entonces, si no depende totalmente de ti, ¿hace sentido sufrir?

      Y esto no implica no hacer nada. Al contrario, es hacer todo lo que puedas hacer… y desapegarte del resultado.

      🔥

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