¿Qué te dejó 2023?

Nunca he sido de la costumbre de pedir 12 deseos mientras me como las uvas de la noche vieja. En realidad creo que esa “tradición” solo la he vivido unas pocas veces.

Menos he sido de la costumbre de fijarme objetivos para el flamante año que está por comenzar… menos de tratar de recapitular “qué” tantos alcancé a tachar en la lista en este año que está por terminar.

Y no gustaría que me malinterpretaras porque no se trata ni de ir por ahí sin un rumbo fijo y mucho menos sin reconocer lo que se ha avanzado.

Sin embargo hoy en día estamos tan bombardeados de millones de “recetas prácticas” que uno pareciera lograr mucho cuando no se siente tan perdido… o fracasado.

Me explico:

Quizá no fuiste de aquellos que…

… tomó baños de agua helada todos los días, especialmente en el exterior durante el invierno

… lograron ser miembros honoríficos del club de las 5am

… se ejercitaron, leyeron y meditaron todos los días por una hora antes de comenzar sus productivos días

… leyeron los 45 libros recomendados para ser mejor jefe, líder, padre de familia, emprendedor o panadero

Quizá ver esa lista y toooodo lo que la gente “logra” en las redes sociales te haga cuestionarte si en realidad tu 2023 fue un buen año para ti.

Y aquí me quiero detener un instante: la comparación es la puerta a una vida infeliz, sin plenitud y sin un verdadero sentido de evolución.

El único camino que debes honrar es el tuyo. Tu historia es única y tu forma de procesar la vida también.

La verdadera forma de sopesar el nivel de logro de un año es comparándote contra tu propia versión 365 días atrás.

¿A qué te atreviste este año que quizá jamas hubieras imaginado hacer?

¿Viajaste a algún lado nuevo?

¿Qué cosas nuevas intentaste?

¿Qué, de forma consciente, hiciste para salir de tu zona de confort?

A lo mejor no leíste los 20 libros top recomendados para ejecutivos, pero quizá comenzaste a leer uno después de 15 años de no agarrar uno ni por error.

Quizá no fuiste parte del club de las 5am pero lograste hacer ejercicio la mayoría de las semanas del año.

Para algunos estas líneas puedes sonar a mediocridad pero…. ¿respecto a qué se mide la mediocridad?

No digo que no puedas tener como ejemplo lo que alguien más hizo o logró, o que no sigas su método. ¡Claro!, de alguna forma todos tenemos nuestras influencias, yo el primero.

Sin embargo es muy distinto seguir a alguien más como ejemplo que tomarlo como punto de comparación para validar tus logros y avances.

No conoces su historia. No sabes por las que ha pasado. Quizá conoces los retos que ha vivido pero no sabes cómo los ha procesado.

Por eso, desde mi perspectiva, tu único punto de comparación debe ser tu mismo camino.

De ahí que mi forma de medir lo que pude avanzar y crecer en este año se fundamenta en la siguiente pregunta: ¿Qué tan distinto soy al Héctor de hace 365 días?

Y justo ahí me doy cuenta de todo lo que he avanzado. Todo lo que he crecido. De todo aquello de lo que me he hecho consciente y he integrado en mi vida.

De las cosas nuevas que he creado. De la cantidad de gente con la que he podido compartir lo que soy y lo que hago. De los hitos que he logrado en mi vida y que muy probablemente solo tienen significado para mi.

Pero también de aquello que no pude lograr. De eso que me gustaría ya no hacer. De los hábitos de pensamiento que ya no me gustaría procesar. De esas aristas grises que ya no quiero en mi.

Pensar en un año de puros “logros” es como decir que sí lo alcanzo ya no hay absolutamente nada que mejorar y, honestamente, si ese es el caso, ¿de qué sirve seguir en esta existencia si no hay nada más que evolucionar?

Este 2024 te deseo un año lleno de aventuras, de experiencias de crecimiento, de retos que te saquen de tu zona de confort, de sacudidas que te hagan crecer. Pero también de mucho disfrute, de un nivel de consciencia mayo en el que para ti sea más claro que ser feliz es más una decisión que el resultado de una circunstancia.

Te deseo que al final, por allá del 30 de diciembre del 2024 puedas verte al espejo y te nazcan las ganas de abrazarte y besarte por aquello en lo que te has transformado en tan solo un año.

Pero, sobre todo, te deseo que en este nuevo año desarrolles la gratitud. Que aprecies todo lo que tiene la vida, incluyendo aquello que por instantes puedas calificar de “malo”. Que la vida te demuestre que entre más agradecido seas, más razones para serlo encontrarás a lo largo de la vida.

Finalmente, quiero dejarte con una pregunta que puedes hacerte todos los días, especialmente cuando piensas que sigues estancando o que no has avanzado en el logro de aquello que buscas: ¿Qué puedo hacer distinto hoy?

Toma esa responsabilidad en tu manos porque, cuando lo hayas hecho, te darás cuenta de que eres imparable.

¡Feliz 2024!

#TodoComienzaConmigo

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