2024 – Un viaje sin distancias

2024. Sin duda un año cargado de experiencias, de emociones y de todos los estados de ánimo existentes en cualquier libro de psicología.

No soy mucho de sentarme al final del año como tal a reflexionar sobre lo que hice. Al contrario, trato de hacerlo cada que tengo una oportunidad, después de que algo grande haya pasado o cuando los dragones internos son tan intensos que a veces sientes que dejas de respirar.

Este año vino cargado de muchas cosas, como seguramente lo fue para ti.

Muchos momentos alegres, de felicidad genuina, de cosas que festejar.

Quizá lograste la promoción que buscaste con tanto ahínco por mucho tiempo. O finalmente el negocio despegó, conseguiste nuevos clientes y la caja registradora comenzó a sonar.

También puede ser que lograste conseguir el trabajo después de una temporada de una sequía agotadora. O conociste a tu media naranja y ahora sientes que todo en la vida tiene aroma floral.

Planeaste. Hiciste. Lograste.

Pero igual y el negocio se cayó. Los proyectos no se concretaron y comenzaste a sentir la presión financiera. Quizá llegaron las dudas y esos momentos horribles de culpa.

O, cuando menos lo esperabas, te dieron las gracias en tu trabajo y ni siquiera consideraron que te faltaba tan poco para llegar al retiro. La mala noticia llegó. O la media naranja se secó y vivirás las fiestas desde tu trinchera, quizá entre recuerdos y lágrimas.

Lo intentaste. Lo diste todo. Y, aún con todo ello, queda ese sabor agridulce.

Así es la vida.

Y esperar que sea “justa” es quizá la injusticia humana más grande que he conocido.

No sé cómo haya sido tu año, pero muy probablemente un poco de aquí y un poco de allá.

También así fue el mío.

Momentos de total éxtasis. Pero también de fracasos temporales.

De días soleados, pero también de noches oscuras.

Certeza de que el mundo te sonríe… para después sentir una sombría soledad que cala hasta los huesos.

Pero así es la vida.

Y más que desearte un 2025 lleno de éxitos, de felicidad y de crecimiento, te deseo, con toda mi alma, que este 2024 te haya dejado no solo esos aprendizajes, sino que tú hayas tenido la fortaleza mental y el ánimo para integrar todo eso que viviste.

No fue en vano. No fueron sinsentidos.

Mi 2024 también fue un año de subidas y bajadas en todos los aspectos de mi vida.

Me di cuenta de que, en el pastel de mi vida, tenía algunas rebanadas abandonadas y una fijación enfermiza en otras.

La culpa es cabrona. Y daña mucho.

Y eso me llevó también a perdonarme, aún y cuando en momentos pensé que ni siquiera lo merecía.

Pero también a recuperar mi conexión con eso más allá de mi.

Dejé de sentirme solo y volví a palpar lo que significa confiar. Soltar ha sido el verbo más difícil de conjugar para mi.

Pero hoy, con las alegrías vividas, con los éxitos bajo el brazo, con mis relaciones en proceso de sanación; pero también con las heridas y los raspones de las lecciones, veo un 2024 que me dejó mucho.

Quizá no como hubiera querido, pero seguro que sí como lo necesitaba.

Y eso mismo deseo para ti.

Para que entonces 2025 lo comencemos no en una hoja en blanco, sino en un cuaderno distinto.

Este año comencé viajando a Puerto Vallarta a dar una conferencia y lo estoy cerrando en San Luis Potosí mientras imparto un taller.

Miles de kilómetros, literalmente, por tierra y aire. Medio centenar de vuelos, algunas noches varado en algún aeropuerto. Y más de 70 fuera de casa.

Probé los más ricos antojos, pero también hubo infecciones estomacales.

Momentos de soledad abrumadora pero también espacios para reflexionar y aprender a quererme más.

Y sí. Así es la vida.

Espero que es 2024 haya marcado un parteaguas en tu existencia. Que lo que la vida te haya querido enseñar, haya encontrado en ti un eco por aprender y evolucionar.

“¿Tenemos un propósito en la vida?”, me preguntó José Vallejo en su podcast.

“Vivirla. Experimentar”.

Sí. Eso es la vida.

Y te deseo un 2025 lleno de experiencias, porque esto no se acaba hasta que se acaba.

Si lo hubiera sabido antes muy probablemente hubiera sufrido menos. Pero si me preguntaran si volvería a pasar por lo mismo, mil y una veces diría que sí.

Porque a veces duele. Pero la realidad es que muchas más son las que se disfrutan.

Y sí. Así es la vida… pero solo si así quieres verla. 🔥


Aquí te comparto una charla muy interesante que tuve con José Vallejo

Hablamos de mil y una cosas y, si no es porque el café se nos agotó, quizá el episodio hubiera durado medio día. 💫

 


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