Vaya, se que la pregunta con la que inicia este artículo es muy agresiva. Y no, para nada es mi intención echarte a perder el desayuno o la tarde del día.
Pero no nos pongamos tan extremistas y no pensemos en eso que fue lo primero que nos pasó por la mente.
Vayamos por algo menos intenso pero que nos puede ayudar a poner en perspectiva eso que precisamente estabas pensando.
Imagina que hoy en día estás viviendo tu sueño, algo que tiene que ver contigo y solo contigo.
Lograste terminar, finalmente, la maestría o el doctorado que habías soñado por años y que te costo otros tantos completar.
O quizá lograste el puesto por el que tanto te esforzaste a lo largo de tu carrera profesional.
Puede ser que finalmente tengas esa cuenta bancaria gorda y eso te hace sentir feliz y, sobre todo, tranquilo.
Lograste independizarte y arrancar un negocio.
O el negocio, que tanto estrés y desgaste te había causado, finalmente ha despegado.
¿Ya tienes esa imagen en la mente y esa sensación en el estómago?
Bien, ¿qué pasaría si te dijera que solo lo podrás disfrutar por los próximos 3 meses?
¿Cuál sería tu estado emocional, tu reacción?
Quizá para algunos sería motivo de enojo y frustración: ¿por qué, después de todo lo que me ha costado lograrlo, lo voy a poder disfrutar solo unos meses?. Quizá para otros sería una total desesperanza.
Esa pregunta, taladrándote el alma, quizá ni te permita disfrutar el poco tiempo que tendrás materializado tu sueño. Estará ahí, pero tú serás incapaz de paladearlo.
Vaya complicación ¿no?
Franco Colapinto, quién es la persona de la imagen de este artículo, es un piloto de Fórmula 1 que ingresó de manera circunstancial al gran circo.
Y no, no demerito todo lo que él haya hecho y que le haya valido para que lo consideraran y poder estar ahí. Es más, ni siquiera lo tengo claro, pero mera suerte estoy seguro que no fue.
Pero si fue circunstancial: por un lado, se dio la situación en la que Logan Sargeant tuvo un muy mal desempeño con la escudería Williams al punto que lo dieron de baja abriendo así la posibilidad para que Franco pudiera subir al asiento de la Fórmula 1, y por otra -claro está-, que Franco estuviera listo para la aventura.
Ahora bien, quizá te cuestiones, si sigues este deporte, acerca de lo “trascendental” de esta situación si son cosas que a cada rato pasan.
No, no va por ahí.
Franco sabe que no tiene un asiento asegurado para el 2025. De hecho, su asiento ya está considerado para Carlos Sainz para la próxima temporada, lo que significa que Franco no tiene un lugar y quedan muy pocas, y muy poco probables, alternativas para él.
Sí, por el desempeño que ha tenido (que ha sido realmente sorprendente), todo mundo dice que merece un lugar en la parrilla el próximo año. Su jefe y Team Principal de Williams Racing, James Vowles, dice que le anda negociando un lugar con Sauber. No lo quiere perder. Pero la encrucijada en la que está complica todo para poder considerarlo.
El asunto es que Franco parece estar muy consciente de todo esto y está disfrutando estos pocos meses como muy pocos, o al menos él si lo muestra en público.
Es más, parecería que Franco tiene 300 años en la Fórmula 1 y sabe perfectamente como conducirse, como gestionar los medios, como manejar las redes y las bases de fanáticos e incluso los apoyos de los anunciantes.
Se ve que la está pasando de maravilla y está aprovechando cada instante que tiene para disfrutar la oportunidad que tiene enfrente y de la que no sabe si podrá seguir disfrutando a partir del próximo año. No pierde la noción de que su aventura tiene una fecha de caducidad cuando la temporada termine en el circuito de Abu Dhabi.
¿Será que saber, con certeza, que todo eso acabará en unos meses y no saber si lo volverá a vivir o si las condiciones serán las mismas, es lo que le permite mantenerse en ese estado de disfrute?
¿Será que estar consciente de que nada es para siempre le permita a él vivir la experiencia al máximo posible todos los días de que le queden en esa aventura?
¿Cómo hará para no permitir que la mente le juegue rudo y que los pensamientos de carencia de “ya se está acabando” le nublen el horizonte y deje de disfrutar eso que tanto ama y a lo que le ha dedicado la mayor parte de su vida?
Yo lo veo y me admiro. Me admiro de su capacidad de mantenerse en el momento presente, de enfocarte en dónde está y lo que tiene a la mano (que dicho sea de paso, no está en uno de los mejores autos ni en uno de los equipos con más recursos) y de cómo eso es la puerta para disfrutar lo “que le tocó” vivir.
¿Te has puesto a pensar en cómo hoy vives tus logros? ¿Las oportunidades que tienes? ¿Las bendiciones que te colman? ¿Las 300 cosas que van bien en tu vida y no solo en las 2 o 3 que están complicadas?
Por supuesto que te entiendo. Esa es mi lucha todos los días.
Pero al final la vida es así. También tiene fecha de caducidad, pero no la sabemos.
Y como no la sabemos, pensamos que dudará para siempre.
¿Será que la hacernos más conscientes seremos más capaces de vivir la vida que tenemos justo en donde estamos?
Ojalá y la Fórmula 1 vea más a Franco en la parrilla. Pero si no es así, sin duda habrá dejado una marca de lo que es la verdadera pasión por vivir el momento.
Como decía Horacio, el antiguo poeta romano: “carpe diem quam minimum credula postero”, o bien, “aprovecha el día, confiando lo menos posible en el siguiente”.
Sin duda uno de los grandes retos de mi vida.
💡 Escribo y comparto sobre Liderazgo y Maestría Personal.
🎯 Ayudo a líderes y organizaciones a evolucionar sus liderazgos
📲 Envíame un email y platicamos sobre cómo puedo ayudarte (al final encontrarás la forma de contacto)
Si no quieres depender del algoritmo para leer mis artículos, suscríbete al blog abajo.
Hay un mundo que transformar… comenzando por el propio.
#TodoComienzaConmigo #QuéDecidoHacerDistintoHoy